Lorena Aran, Directora Corporación Ciudadana “No pasar frío, debe ser un derecho, por el cual hay que luchar”
Tras una encuesta telefónica realizada a más de dos mil talquinos, la Corporación Ciudadana, Fundación Tralkan y Contextus Ltda, visibilizaron la forma cómo viven el frío los talquinos, un hecho que va mucho más allá que imaginar la calidez de una estufa o la protección de un buen abrigo.
En su Linkedin se define como “Publicista Social”. Por todo lo que ha hecho en torno al bienestar de sus semejantes, nunca un título había calzado tanto. Lorena Aran Mardones, maulina de corazón, pero con raíces ancestrales en Santiago, ha dejado una imborrable huella por donde quiera que ha pasado en esta vida. Con más de 15 años dedicado a realizar proyectos en iniciativas sociales que van desde comunidades indígenas hasta minorías sexuales, su fecunda labor en estas áreas, la ha posicionado como una “hormiguita” que pacientemente ha trabajado en aquellos aspectos, muchas veces olvidado, que para muchos pueden parecer marginales, pero que para muchos más aún, son hechos cruciales para lograr una ansiada buena vida.
Afincada en Talca, desde que llegó a la región nunca pudo entender porqué sentía tanto frío. “En mi vida había tiritado tanto. Y eso que yo vivía en una casa con calefacción central.”, confiesa. “Ahí comprendí que las bajas temperaturas eran algo endémico en el Maule”, señala. “A los pocos años de estar en la región, nunca olvidaré cuando una familia mapuche a la cual siempre le regalábamos ropa, vino a la semana siguiente a pedirnos lo mismo”, recuerda. “Pero si ya les dimos todo lo que teníamos, para qué quieren más, les pregunté. Es para usarla como combustible para el frío, no tenemos otra forma de calentarnos”, me respondieron. “En ese momento entendí que las bajas temperaturas, ya no eran simplemente un hecho al cual había que acostumbrarse, sino una realidad que había de abordar para poder minimizar sus efectos a quienes poco podían hacer para sobrellevarla” enfatiza.
“No pasar frío, es un derecho”
Desde la anécdota con la familia mapuche, el frío se volvió un tema para Lorena Aran. Al pasar el tiempo y al frente de la Dirección de la Corporación Ciudadana del Maule, una organización privada sin fines de lucro, independiente totalmente de toda ideología política, que desde su creación promueve ver el mundo desde una actitud crítica para poder sentar las bases de políticas públicas que mejoren la vida de las personas, postula permanentemente a fondos concursables, todas instancias a las cuales intenta darle un valor agregado a través de acciones artísticas y culturales.
Curiosa e inquisitiva, Lorena desde el sitial de su Fundación comenzó a cuestionarse porqué tenían que padecer en invierno, tan cruelmente las bajas temperaturas las comunidades y pobladores más vulnerables del Maule. Decidida a darle una respuesta a esa pregunta, empezó a investigar sobre el frío y sus consecuencias. Sin pensarlo, sentó las bases de un novedoso estudio que revelaría las dolorosas realidades que viven los talquinos de menos ingresos cada año con las bajísimas temperaturas.
Lo que más le llamó la atención en su vida en Talca, fue los costos involucrados de la gente en el ítem calefacción. Comenzó a preguntar si existía algún tipo de subvención, como sí lo hay por ejemplo en Punta Arenas, donde sí existe apoyo estatal para la calefacción hogareña. Ahí supo que si bien las autoridades regionales subvencionaban recambios de calefactores, en el Maule no existía un programa ni estudios que demostraran el impacto del frío en los maulinos. Por ello, tal como lo había hecho con otros proyectos, se entregó en cuerpo y alma a luchar para que -tal como sostiene permanentemente- “no pasar frío, sea un derecho”.
“Es increíble comprobar que los talquinos más pobres, no sólo deben recurrir a combustible de menor calidad y contaminante como es la leña húmeda o mojada para calefaccionarse, sino que además se dan escenas insólitas entre la gente más humilde de dormir junto a sus perros o gatos para no pasar frío en las noches, ya que son verdaderos iglús sus casas”, comenta aún sorprendida Lorena. Para esta mujer, hay hechos que no pueden pasar desapercibidos. Es el caso de las personas de la Tercera Edad en Talca., quienes, independiente de costumbres que pudieran parecer comunes a los mayores de cualquier parte del país, en esta ciudad se exacerban simplemente por un tema climático.
El calvario de los más vulnerables al frío en Talca
“Los abuelos se acuestan mucho más temprano que en otras partes y se levantan más tarde, simplemente por el frío reinante”, acusa la activista social. Tras reunirse con personas de la Salud, ellas le comentaron las repercusiones que conlleva este mal hábito entre la gente mayor, ya que al pasar mucho tiempo acostados, disminuyen sus capacidades físicas, especialmente en el tema muscular. Y si a ello le sumamos, que por sus febles condiciones económicas, se alimentan mal, ya que sus ingresos vía pensiones no le alcanzan más que para comprar pan, pastas, arroz y consumen muchas sopas saladas y té en cantidades industriales, se genera entonces cuadros de patologías crónicas que aumentan debido al mal vivir a consecuencia de las gélidas temperaturas en la región.
Algo similar ocurre con los niños en los colegios, lugares que salvo contadas excepciones, son verdaderos “frigoríficos” en invierno. “El frío extremo reina en salas cunas, jardines infantiles y colegios municipales y subvencionados en Talca”, señala Lorena Arán. “Están tan mal diseñados y construidos, que se da la paradoja que son “catedrales polares” en invierno y “verdaderos hornos” en verano. “No es posible que se pueda permitir que nuestros hijos estudien en lugares que no dispongan de aislamiento para las temperaturas extremas”, indica Lorena. Por todas esas inquietudes con las cuales se encontró en el camino explorando el tema del frío, decidió junto con la Fundación Tralkan y el Centro de Estudios Contextus, forjar lo que hasta ahora es uno de los estudios sobre el tema más completos que existe, esta vez focalizado puntualmente en los habitantes de Talca.
Partiendo de la base que la Región del Maule tiene un comportamiento térmico muy marcado durante los meses estivales, son muchas las jornadas de frío extremo -cuando la temperatura máxima es igual o inferior a los 10°- y aquellos días con heladas, cuando la temperatura mínima es igual o inferior a 0° C en la mañana. Para Lorena Arán, lo que más le llamó la atención en su vida en Talca, fue los costos involucrados de la gente en el ítem calefacción. Y es su capital, la ciudad de Talca, la urbe que mejor puede reflejar los días con tan bajas temperaturas. Saber las consecuencias que estas gélidas olas invernales afectan al diario vivir de los talquinos, no sólo puede ser medible en su salud, sino que también en lo que representa la variable económica para poder llevar de la mejor manera estos fríos días.
Los costos anexos del frío
El gasto familiar involucrado por los talquinos en este frío invierno, fue también parte de este estudio en el cual participó Lorena. Con una población habituada a calefaccionarse usando el poder calorífico de la leña, el costo que ello implica no sólo se reduce al egreso constante de items del presupuesto familiar para estos efectos, sino que va de la mano con el aumento de contaminación ambiental que ha hecho -en este caso- de Talca, una de las ciudades más contaminadas del país. Y si a ello le sumamos los episodios de confinamiento propios de la pandemia, sin duda a juicio de la Directora de Corporación Ciudadana, las bajísimas temperaturas que se dan en Talca en la época otoño-invierno, generan un grave daño a la economía familiar y regional.
Alguno de los datos duros más interesantes recopilados durante el estudio, dieron luces a la Corporación Ciudadana y sus socios, de Tralkan y Contextus Ltda., de que el 90,4 de los encuestados en Talca, aseguran que hay un notable aumento de sus gastos básicos en invierno, especialmente cuando el frío es extremo. Asimismo, un 69,2% reconoció haber enfrentado enfermedades respiratorias en esta fría temporada invernal y un 54,4% reconoce que la estufa a gas licuado es su mejor forma de combatir las bajas temperaturas, el cual además es responsable en un 71,6% de algún problema de salud.
Finalmente, un 98,8 está de acuerdo que los empleadores deberían brindar condiciones laborales adecuadas para poder trabajar bajo condiciones invernales extremas, además que el 82,4% de los talquinos encuestados cree que la calefacción ecológica (pellets de madera) sólo está al alcance de las clases más acomodadas. Frente a la consulta si en invierno aumentan los gastos básicos del hogar, los encuestados respondieron: un 56,8% que sí, 33,6%, dijo que sí, pero de manera leve, 9,2% señaló que los gastos se mantienen igual y sólo un 0,4% no sabía o no respondió. Al preguntarles si en este invierno algún integrante del hogar habría sufrido alguna complejidad por cuadros respiratorios, los encuestados por Contextus respondieron que un 69,2% que sí sufrió complejidades respiratorias, un 30,4% que no y un 0,4 no sabe o no responde.
Para conocer más sobre el estudio nacido de las inquietudes de Lorena Arán, sobre el frío en Talca, sólo basta visitar el siguiente link: bit.ly/3ldbzVq, donde se desplegará el trabajo de esta inquieta mujer y sus socios, que hoy está dando mucho que hablar, no sólo a nivel regional, sino en todo el país.